Capítulo II de “The gates of Europe” – La llegada de los eslavos

CAPÍTULO II

La llegada de los eslavos

Mientras que los intercambios comercial y cultural definieron en gran parte las relaciones de los antiguos griegos con los pueblos de las estepas ucranianas durante los últimos siglos antes de Cristo, los romanos de los primeros siglos de esta era Cristiana no tuvieron más remedio que mezclar guerra y comercio. Durante el siglo IV d.C., las relaciones con los pueblos de las estepas fue casi primariamente de guerra, con el inicio de un período conocido como “de las invasiones bárbaras” en historiografía antigua, pero llamado en la actualidad como “período de migraciones”. Este consistió en una migración masiva de pueblos enteros y tribus desde Eurasia y Europa oriental que se dirigieron a Europa Occidental, hecho que colaboró al colapso del Imperio Romano por la presión de los “bárbaros” durante la segunda mitad del siglo V. Aunque debilitada, la región oriental del imperio, conocida en la historiografía como “Bizancio”, se las arregló para sobrevivir los embates de los nómadas de las estepas, y sus compañeros agricultores desde el norte. Bizancio logró sobrevivir hasta mediados del siglo XV.

Ucrania jugó un papel importante en el drama de las migraciones. Algunos de los actores clave en las invasiones que llevaron al colapso del Imperio Romano vivieron o pasaron por Ucrania. Dentro de ellos estuvieron los godos, o los hunos, los últimos liderados por su rey “Atila el huno”.

En las estepas pónticas, las migraciones finalizaron la largueza de esta era en la que la región era controlada por tribus nómadas de origen iraní, incluídos los escitas y los sármatas. Los godos eran de origen germánico, mientras que los hunos, según la mayoría d los expertos, eran de origen mongol, de las estepas de Mongolia, y entraron en esta región acompañados por otras tribus de Asia Central. Para mediados del siglo VI, los hunos se habían ido, pero habían sido remplazados por tribus de habla túrquica.
Todos los actores mencionados anteriormente en la historia de las migraciones llegaron a Ucrania, gobernaron sus estepas, se quedaron unos años y, eventualmente, se retiraron. Un grupo, sin embargo, una vez traído en el clímax de las migraciones, se rehusó a irse. Estos fueron los eslavos, un conglomerado de tribus definidas en términos lingüísticos y culturales y representados en varias formaciones políticas. El origen indo-europeo de sus idiomas sugiere que llegaron a Europa desde el este, en algún momento entre los milenios VII y III antes de Cristo, estableciéndose en Europa Oriental mucho antes que Heródoto los describiera en la región como sus habitantes. Reclamando las áreas boscosas al norte de las estepas pónticas como su hogar, permanecieron invisibles a la mirada de autores mediterráneos a lo largo de la mayor parte de su historia.

LOS ESLAVOS fueron la fuente de atención de primero a principios del siglo VI d.C., cuando se mostraron en masa frente a las fronteras del Imperio Bizantino, que ya se encontraba debilitado por previas incursiones de godos y hunos, y se mudaron a los balcanes. Jordanes, un autor bizantino del siglo VI, de ascendencia gótica, distinguió dos grupos grandes de eslavos de estos días. “Aunque sus nombres se encuentran ahora dispersos entre varios clanes y lugares“, escribió, “se les nombra principalmente como sclaveni y como antes“. Y colocó a los Sclaveni entre el Danubio y el Dnister, reservando para los Antes las tierras entre los rios Dnister y Dnipró, “en la curva del mar de Pontus”. La data lingüística nos sugiere que la patria ancestral de los eslavos queda en los bosques y estepas boscosas ente los rios Dnipró y Vistula, principalmente en las regiones actuales de Volyn y los pantanos del Prypiat. Para el momento en el que Jordanes lo registró, ya los eslavos se debían de haber mudado desde sus bosques hasta las estepas, creándole un serio problema al Emperador Justiniano El Grande.

Justiniano gobernó el Imperio Bizantino entre los años 527 y 567 y fue lo suficientemente ambicioso como para atentar una restauración del Imperio Romano en toda su amplitud, tanto en el este como en el oeste. En la frontera del Danubio, en donde el imperio enfrentaba incesantes ataques de tribus locales, Justiniano decidió tomar la ofensiva. Procopio, un autor bizantino del siglo VI que dejó un registro detallado de las guerras de Justiniano, nos escribe que a principios de la década del 530, Chilbudinius, comandante muy cercano al emperador, fue enviado para emprender la guerra al norte del Danubio. Logró obtener varias victorias en sus batallas contra los Antes, lo que permitió añadir a Justiniano “Anticus” a su lista de títulos imperiales. “Anticus” significa “conquistador de los Antes”. Pero ese éxito fue de corta duración. Tres años después, Chilbudius fue muerto en batalla y Justiniano regresó a la antigua política de remitirse a simplemente defender las fronteras a lo largo del Danubio, en vez de intentar extenderlas.

Justiniano implementó la antigua táctica romana de “divide y vencerás”. Para finales de la década de los 530s, no sin ser incentivados y avalentonados por los bizantinos, los Antes ya se encontraban combatiendo a los Sclaveni, mientras que los generales bizantinos reclutaban gente de ambos grupos para el ejército imperial. Incluso así, continuaron las incursiones eslavas. Mientras que se encontraban en guerra contra los Sclaveni, los Antes se las arreglaron para invadir la provincia bizantina de Tracia en los Balcanes orientales. Saquearon la tierra y tomaron varios esclavos, a quienes se llevaron a la orilla izquierda del Danubio.

Habiendo demostrado su potencial destructivo, los Antes ofrecieron sus servicios al imperio. Justiniano los acogió “bajo su ala” y les designó la ciudad griega abandonada de Turris, al norte del Danubio, como sus cuarteles generales.
Como muchos otros enemigos del imperio, los Antes se convirtieron en sus defensores, a cambio de pagos regulares provenientes del tesoro imperial. Intentaron aumentar su estatus al afirmar haber capturado al mejor general del emperador, a Chilbudius, a quien querían nombrar su líder. Pero como Justiniano había otorgado a Chilbudius el título de “magister militum” o comandante de todas las tropas imperiales en la región, dicho título hubiera hecho a los Antes ciudadanos legales del imperio, más que sus porteros. Pero la trama no funcionó. El verdadero Chilbudius ya había muerto en batalla hacía tiempo, y su impostor fue capturado y enviado a Justiniano, y los Antes se tuvieron que conformar con el estatus de “foederati”, es decir aliados en vez de ciudadanos del gran imperio.

¿Pero quiénes eran estos nuevos aliados del imperio bizantino? ¿Cómo eran? ¿Cómo combatían? ¿En qué creían? Procopius escribió muchas veces sobre que los Antes y los Sclaveni compartían un lenguaje en común, así como también religión y costumbres. Podemos atribuirle su muy bien detallada descripción del modo de vida de los Eslavos, de ambos grupos. Según Procopius, los eslavos eran seminómadas, vivían en “chozas en fosas que construían muy apartadas entre ellas”.

Constantemente cambiaban los sitios en los que vivían. Los guerreros eslavos eran “excepcionalmente altos y fornidos”. Y también dijo bastante sobre su aparincia: “Sus cuerpos y cabello no son ni rubios ni tampoco tienden al tipo oscuro, sino que más bien son ligeramente pelirrojos”. Los eslavos vivían “una vida dura, sin prestarle demasiada atención a las comodidades del cuerpo….y…todo el tiempo y en toda ocasión cubiertos de mugre; sin embargo, ellos no respetan a los malvados, sino que preservan el caracter húnico en toda su simplicidad”.
Aunque cubiertos de mugre, los eslavos entraron a la historia con la bandera de la democracia. “Pues estas naciones”, escribió Procopius, “los esclaveni y los Antes, no son gobernados por un hombre, sino que han vivido desde hace tiempo en democracia, y en consecuencia todo lo que involucra su bienestar, en bonanza o enfermedad, se hace en pos del pueblo”. Preferían combatir medio desnudos sus batallas pero, a diferencia de los escoceses medievales que Mel Gibson protagonizó en su “Corazón Valiente”, eran más modestos en mostrar sus partes privadas. “Cuando entran en batalla”, escribió Procopius, “la mayorí ade ellos avanza a pie hacia su enemigo, llevando pequeños escudos y javalinas en sus manos, pero nunca llevan armaduras. De hecho, algunos de ellos no vestían ni siquiera camisa pero, ataban sus pantalones hasta casi la altura de sus partes privadas, al entrar en batalla con sus oponentes.”

Alguna información adicional sobre la forma eslava de hacer la guerra nos viene del bizantino “Strategikon”, que fue escrito alrededor del año 600 y su autoría se atribuye al emperador Mauricius. El autor describe con algo de detalle cómo los eslavos cruzaron la frontera del Danubio y se establecieron en los Balcanes. Se dio cuenta de su hospitalidad hacia los viajeros, pero liberales para honrar tratados o cumplir por mayoría de votos. En su patria al norte del Danubio, habían construido sus chozas entre los bosques junto a rios y en áreas pantanosas de difícil acceso a invasores. Su táctica preferida era la emboscada. Preferían evitar la pelea en áreas abiertas y no en formaciones militares regulares. Sus armas eran lanzas cortas, arcos de madera y flechas cortas, algunas de ellas con la punta envenenada. A sus prisioneros los hacían esclavos, pero el período de esclavitud estaba limitado según ciertas reglas.

Procopius tuvo mucho que decir sobre la religión eslava. Los eslavos eran todo menos monoteístas. “Creen que un dios, quien creó los relámpagos, es único señor de todas las cosas, y le sacrifican ganado y otras víctimas”, escribió. Mientras honraban a un dios principal, sin embargo, los eslavos no renunciaban a sus antiguos hábitos de adorar a la naturalezay de ofrecerle sacrificios. Como escribe Procopius, “Ellos veneran … tanto rios como ninfas y otros espíritus, y les ofrecen sacrificios también, y realizan sus adivinaciones en conexión con esos sacrificios”. Al autor bizantino le sorprendió, no tanto la tradición de ofrecer sacrificios a sus dioses, sino que la tradición que compartían con los romanos pre-cristianos, pero ya había fracasado desde hacía tiempo el intento de que aceptaran la religión cristiana. “O ellos no lo saben o ellos no admiten de ninguna forma que hay un poder dentro de los homnres”, escribió Procopius, un poco decepcionado, “pero en el momento en el que la muerte se acerca a elos, ya sea por enfermedad o por el inicio de una guerra, prometen que, si logran escapar, le irán directamente a hacer un sacrificio al dios, a cambio de su vida; y si escapan, le hacen el sacrificio tal y como lo prometieron, y consideran que su seguridad ha sido lograda gracias a ese mismo sacrificio”.

Lo que Procopius y otros autores bizantinos nos dicen sobre los eslavos se corrobora en gran manera con los hallazgos arqueológicos ucranianos. Los Antes se asocian con la cultura arqueológica de “Penkivka”, nombrada así por un poblado en Ucrania. Los portadores de tal cultura vivieron durante los siglos VI hasta principios del VIII en las zonas de estepas boscosas, entre los rios Dnister y Dnipró, colonizando ambos lados del Dnipró. Esa área incluye los territorios asignados por Jordanes a los Antes. Y como los Antes y los Sclaveni de Procopius, las tribus de la cultura Penkivka vivían en simples chozas semi enterradas. También se demostró que se mudaban a menudo.

Los poblados eran habitados, abandonados, y luego vueltos a habitar, lo que sugiere que sus habitantes practicaban una forma itinerante de agricultura. La arqueología también nos cuenta también algo que Procopius omitió, y es que las tribus de la Penkivka construían murallas alrededor de sus poblados o, al menos, de poblados importantes que los gobernantes locales utilizaban como cuarteles generales o centros de poder administrativo y militar.
El período en el que los eslavos jugaron un papel independiente en la región, finalizó a principios del siglo VII, cuando los Avaros comenzaron a atacar, un conglomerado de tribus de idioma túrquico provenientes de las estepas norte del Caspio, y que terminaron destruyendo el gobierno de los Antes.

Los avaros dejaron malos recuerdos en la región, de los que muchos duraron incluso hasta los siglos XI y XII, cuando los monjes de la Kyiv Cristiana escribieron partes de un registro histórico que después se llamó “La crónica primaria” o “Los cuentos de los años pasados”. Su sección inicial se bas en leyendas locales, combinadas con fuentes bizantinas. Según la Crónica Primaria, los avaros “declararon la guerra a los eslavos y arrasaron con los dulebianos, que eran eslavos también”, una referencia a una tribu eslava que vivía a lo largo del rio Buh. “Incluso realizaban actos de violencia contra las mujeres dulebianas”, escribió el cronista. “Cuando un avaro hace un viaje, no le causa daño alguno a caballo o buey que será uncido, pero en vez de ello ordena que se ate a tres o cuatro o cinco mujeres a su carro y se les obligue a halarlo. Tal comportamiento será castigado con furia divina”. “Los avaros eran grandes de estatura y orgullosos de espíritu, y Dios los destruyó”, continía el cronista. “Todos ellos perecieron, y ni un avaro sobrevivió. Hasta este día hay un proverbio de la Rus que dice que –Perecieron como los avaros–“.

Los avaros dieron paso como gobernantes de las estepas ponticas a los búlgaros, y luego a los jázaros, quienes llevaron la era de migraciones a un tiempo de relativa paz en la región, para finales del siglo. Los jázaros dejaron huella en las crónicas históricas como sujetos que co-habitaban con los ucranianos en las estepas. “Entonces los jázaros vinieron mientras vivían en las colinas y bosques”, escribió un cronista de Kyiv, en referencia a los eslavos del Dnipró, “y les exigieron tributo”. Según ese cronista, los locales estuvieron anteriormente bajo la opresión de los Derevlianos o “pueblo del bosque”, y pagaban tributo con espadas, un signo de desafío promesa de venganza próxima. Además de retomar la leyenda, la que exoneraba a los Kyivanos que habían acordado pagar tributo a los jázaros, el cronista de Kyiv muestra que los tributantes no estaban muy felices de pagar a los invasores.

Los jázaros casi no lograban controlar las fronteras a nivel de las estepas boscosas. La elite jázara turquica, interesada más en comercio bajo un estado de paz, estaba abierta a influencias extranjeras. Los jázaros recibieron una misión Cristiana en su país e incluso aceptaron el judaísmo, lo que dio origen a una leyenda relativa a los orígenes jazarios del judaísmo Europeo. El núcleo geográfico de la política creada por los jázaros estuvo en la parte baja de las cuencas del Volga y del Don, con Itil como ciudad capital en el Volga y Sarkel en el Don. La elite jázara amasó su riqueza por medio del control de las rutas comerciales, de las cuales la ruta del Volga al imperio persa y tierras árabes era la más importante. Inicialmente, esa ruta comercial llegó a superar por mucho la de “los varegos a los griegos”.

En la década de los 620s los jázaros cerraron un trato con el imperio Bizantino, que para entonces había restablecido su presencia en las costas del Mar Negro. Olbia, una ciudad griega tomada por los godos en el siglo IV, se había perdido para siempre, pero los comandantes bizantinos se aseguraron un trozo de tierra de la costa sur de Crimea, protegida de las estepas de la península por una cordillera montañosa. Entonces allí, en Quersoneso, surgió el centro administrativo de las propiedades bizantinas en Crimea. Los principales poblados se habían armado con regimientos militares durante la época del emperador Justiniano, y el imperio ya reclutaba a los godos de Crimea, un grupo ue se había separado y se había quedado en la región luego que el resto se mudara al oeste, al principio a Europa Central y luego a la Península Ibérica, para proteger las posesiones imperiales. Los ingenieros del Imperio ayudaron a los godos a fortificar sus poblados en las cuevas de las montañas de Crimea. Los jázaros se aliaron con los bizantinos contra persas y árabes, intentando mantener las rutas comerciales en dirección al mercado más rico del mundo en esa época, el de Constantinopla.

¿Qué sabemos de los eslavos que vivían en Ucrania cuando los jázaros controlaban sus regiones oriental y central? Para responder esa pregunta no tenemos demasiada información, más que una narrativa de cronistas kyivanos mucho posteriores. La arqueología nos cuenta que Kyiv, que se convirtió en la base más occidental de los jázaros en las regiones forestales de Ucrania, comenzó a existir poco tiempo antes del cambio al sexto siglo. Pero es la crónica la que nos hacer formarnos la idea de por qué este sitio era tan importante, y por qué había sido escogido para una ciudad. Una leyenda local asocia la fundación de Kyiv con el rio que pasa por allí. Los habitantes sostienen que la ciudad fue fundada por su gobernante local, Kyi, de quien proviene el nombre, junto con sus hermanos de quienes proviene el nombre de las colinas circundantes, y el rio que fluye a través de la ciudad como afluente del Dnipró nombrado en honor a la hermana, Lybid. En la ciudad existe un par de bellos monumentos dedicados a los cuatro fundadores, junto a las orillas del rio.
El cronista kyivano contó doce tribus eslavas al oeste de los Cárpatos. En el norte, sus poblados se extendían hasta el lago Ladoga, cerca del actual San Petersburgo; en el este hasta la parte alta del Volga y del Oka; en el sur hasta la cuenca baja y media del Dnipró. Estos eslavos fueron los predecesores de los actuales ucranianos, rusos y belarusos. Los lingüistas los definen como Eslavos Orientales basándose en las diferencias dialécticas que comenzaron a desarrollarse durante el siglo VI, apartándolos de los Eslavos Occidentales, que son los predecesores de los actuales polacos, checos y eslovacos, y también de los eslavos del sur, que incluyen a los actuales serbios, croatas y otros pueblos de Yugoslavia.

Siete de estas doce tribus listadas por el cronista de Kyiv residían en lo que es ahora Ucrania, a lo largo de los rios Dnipró, Dnister, Buh, Prypiat, Desná y Sozh. Sólo algunas de esas tribus se mantenían bajo control jázaro.

Mientras que sus gobernantes y formas de gobierno eran distintas, sus costumbres parecían haber sido las mismas que las de sus vecinos. Esta, al menos, es la impresión que nos transmite el cronista Kyivano, quien también resultó ser un monje Cristiano. Él consideraba como salvajes a los miembros de las otras tribus, fuera de la suya. “Ellos vivían en el bosque como cualquier bestia salvaje y comían cada cosa impura”, escribió el cronista, volteando a ver a sus predecesores y vecinos contemporáneos paganos.
Los arqueólogos nos muestran que los Eslavos Orientales fueron más sedentarios que otra cosa. Vivían en casas de tronco organizadas en aldeas de entre cuatro y treinta edificios. Las aldeas se agrupaban en racimos. A la mitad de un racimo de aldeas se encontaba un poblado fortificado que servía como cuartel general durante épocas de ataques enemigos. Los eslavos se dedicaban a la agricultura y ganadería. Tenían sus propios jefes militares, y se puede asumir que practicaban una democracia, como los eslavos que nos describe Procopius. Como los Antes y los Sclaveni, consideraban a Perun, el dios del trueno, como su deidad principal.

Comparados con los eslavos de Procopius, los descritos por el cronista de Kyiv habían logrado cierto progreso en cuanto a la higiene personal. El cronista nos pone las palabras de San Andrés, el hermano mayor de San Pedro Apóstol, y a quien se le atribuye el haber llevado el Cristianismo a Kyiv: “Vi la tierra de los eslavos, y mientras estuve entre ellos, noté sus balnearios de madera. Los calientan hasta llegar a un calor extremo, se desvisten y, tras untarse con un líquido ácido, toman ramillas tiernas y se golpean los cuerpos. En realidad se golpean tan violentamente que parece que apenas escapan vivos”.

El cronista kyivano, quien residía y probablemente creció en las vecindades de Kyiv, no era tímido en cuanto a mofarse del procedimiento de baño tan popular entre los habitantes de las regiones norte de las actuales Rusia y Escandinavia. Y sobre los hábitos pre-cristianos de sus coterráneos, que consideraba bárbaros, era un poco más claro aún. “Los Derevlianianos”, escribió sobre los antiguos jefes feudales de Kyiv, “existía una moda bestial, y vivían como ganado. Se mataban entre ellos, hartaban cada cosa impura y no contraían matrimonio, sino que sólo tomaban a vírgenes capturándolas.”.

Según el cronista, otras tribus eslavas eran culpables del mismo comportamiento. “No había matrimonio entre ellos, sino simples festivales entre las aldeas. Cuando la gente se reunía para juegos, para bailes y para otras diversiones diabólicas, los hombres en esas ocasiones se llevaban mujeres para esposas, y cada uno tomaba una mujer con la que se había entendido. de hecho, cada uno de ellos incluso tenía dos o tres mujeres.”.

Sería un error tomar en cuenta las prácticas eslavas de matrimonio, o de carencia de éste, como la descripción de una norma, más que la de una desviación. El cronista, un monje cristiano de un período posterior, lógicamente aborrecía las desviaciones de la moral Cristiana y centraba su atención en los festivales juveniles, que iban contra la institución establecida del matrimonio. Ibrahim ibn Ya´kub, un judío de Cordoba que visitó las tierras de los eslavos occidentales a mediados del siglo X, reportó que los matrimonios eslavos eran fuertes, además de que la dote era una de las mejores formas de acumular riqueza.

Notó, sin embargo, que tanto los muchachos como las muchachas esperaban experimentar las relaciones sexuales antes de casarse.

“Sus mujeres, cuando ya están casadas, no cometen adulterio”, escribió Ibn Ya´kub. “Pero una chica cuando se enamora de un hombre o de otro, se entragará a él y satisfará su lujuria. Si un esposo se casa con una chica y la encuentra virgen, le dice que ´Si hubiera algo bueno en ti, seguro otros hombres te hubieran deseado y seguramente ya habrías hallado quién te quitara la virginidad´de modo que la manda de regreso y se libera de ella.”

Sabemos muy poco sobre los eslavos que se establecieron en el territorio ucraniano antes de los siglos X y XI.

Lo que si sabemos viene, por mucho, del imperio Bizantino, o de los Godos, ambos adversarios, o de monjes cristianos de siglos posteriores, como el cronista Kyivano que hemos mencionado tanto y ció a los eslavos un poco más que portadores de supersticiones paganas. Todos los reportes los describen como bárbaros que combatían al imperio Cristiano, o al dogma y rituales Cristianos. Lo que era ignorado por los cronistas y permanece fuera de nuestro conocimiento es el proceso de su colonización tan pacífica de Europa oriental, la que los llevó de su hogar, las regiones noroccidentales de la presente Ucrania principalmente, hasta lo profundo de los Balcanes al sur, más allá del Vístula y al otro lado del Oder en el oeste, hasta el Mar Báltico en el norte y los rios Volg y Oka en el este. Los eslavos eran agricultores que, al contrario de los nómadas que invadían por la fuerza, colonizaron lenta y pacíficamente, por lo que los resultados probaron ser de larga duración.


ENLACE A CAPITULO I

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Traducción de “The Gates of Europe” – Capítulo I – EL BORDE DEL MUNDO

El libro de Serhiy Plojy, “Las puertas de Europa”, es una de las más respetables obras históricas traducidas al inglés que habla sobre la historia de Ucrania. Si bien en algunas partes no es muy exacto, valió la pena traducirlo y conpartirlo por este medio.

Por medio de este enlace se puede descargar automáticamente el original. (En pdf)


CAPÍTULO I

EL BORDE DEL MUNDO

El primer historiador de Ucrania fue Herodoto, el propio padre de la historia. Este honor se reserva generalmente para la historia de países y pueblos pertenecientes al mundo Mediterráneo. Ucrania, un tramo de tierra de estepas, montañas y bosques al norte del Mar Negro, conocida por los griegos como “Pontos euxeinos” (Mar Hospitable, latinizado por los romanos como Pontus euxinus) fue una parte importante de ese mundo. Su importancia fue de una naturaleza particular. El mundo de Herodoto se centraba en las ciudades-estado de la antigua Grecia, extendiéndose de Egipto en el sur hasta Crimea y las estepas ponticas en el norte. Si Egipto era una tierra de cultura antigua y filosofía qué estudiar y emular, el territorio de la actual Ucrania era la frontera quintiesencial en donde la civilización griega encontró a su alter-ego bárbaro. Fue la primera frontera de la esfera política y cultural que llegó a ser conocida como “El mundo occidental”. Allí es donde comenzaba el Occidente, definiéndose a si mismo.

Herodotus, conocido en griego como Herodotos, salió de Halicarnassus, una ciudad griega en lo que hoy es Turquía. Durante el siglo V antes de Cristo, cuando vivió, y cuando escribió y recitó sus “Historias”, su lugar de nacimiento era parte del Imperio Persa. Herodoto pasó una buena parte de su vida en Atenas, vivió en el sur de Italia y cruzó de un lado a otro los mundos Mediterráneo y Medio-oriental, viajando a Egipto y Babilonia, dentro de muchos otros lugares. Un admirador de la democracia ateniense, escribió en griego iónico, pero sus intereses eran tan globales como lo podían ser en ese tiempo. Sus “Historias” quedaron luego divididas en nueve libros que hablaban de los orígenes de las guerras Greco-Persas que comenzaron en el 499 a.C. y continuaron hasta la mitad del siglo V a.C. Herodoto vivió durante gran parte de ese período e investigó sobre el tema por 30 años tras el fin de las guerras en el año 449. Describió el conflicto como una lucha épica entre la libertad y la esclavitud, el primero representado por los griegos y el segundopor lospersas. Aunque eso enfrentaba sus propias simpatías políticas e ideológicas, igualmente quería contar ambos lados de la historia. En sus propias palabras, sentó que “para preservar la memoria del pasado poniendo en registro los asombrosos logros tanto de Griegos como de Bárbaros”.

El interés de Herodoto en la parte “bárbara” de la historia volteó su atención a las estepas pónticas. En el 512 a.C., trece años antes del inicio de las guerras, Dario el Grande, por mucho el más poderoso gobernante del Imperio Persa, invadió la región para vengarse de los Escitas, que lo habían engañado. Los reyes escitas, gobernantes nómadas de un vasto reino al norte del Mar Negro, habían hecho que Darío marchara todo el camino desde el Danubio hasta el Don en bísqueda de su ejército altamente móvil sin darle la oportunidad de involucrarse en una batalla. Esta fue una derrota humillante para un gobernante que quería presentarse como una gran amenaza para el mundo Griego una década y media después. En sus “historias”, Herodoto no ahorró esfuerzos al relatar cualquier cosa que supiera o hubiera escuchado alguna vez sobre los misteriosos escitas y su tierra, costumbres y sociedad. Parecería que, a pesar de sus extensos viajes, nunca había visitado él mismo la región y tenía que basarse en historias que otros le contaban. Pero en su descripción detallada de los Escitas y las tierras y pueblos que gobernaban lo convirtieron no sólo en el primer historiador, sino también en el primer geógrafo y etnógrafo que habló sobre Ucrania.

Las tierras del norte del Mar Negro fueron colonizadas de primero alrededor del 45,000 antes de Cristo por cazadores neandertales de Mamuts, como hemos aprendido de excavaciones arqueológicas de sus construcciones. Unos 3,000 años después, los humanos que se mudaron a las estepas Pónticas, domesticaron al caballo, según más evidencia provista por los arqueólogos. Durante el quinto milenio antes de Cristo, los usuarios de la llamada “cultura Tripiliana-Cucuteni” se establecieron en las fronteras de las estepas boscosas entre el Danubio y el Dnipró, dedicándose a la crianza de animales y la agricultura, construyendo enormes poblados y produciendo estatuillas de arcilla y cerámicas coloridas.

Antes de que Herodoto comenzara a recitar fragmentos de su trabajo en festivales públicos en Atenas, muchos griegos sabían muy poco sobre el área al norte del Mar Negro. Su opinión sobre esa área era una tierra de salvajes y campo de juego de los dioses. Algunospensaban que había sido allí, en una isla a la desembocadura ya sea del Danubio o del Dnipró, que Aquiles, el héroe de las guerras troyanas y de la Ilíada de Homero, había encontrado su descanso eterno. Las amazonas, las guerreras femeninas de la mitología Griega que habían cortado sus pechos derechos para sostener más firmemente sus arcos, también vivían en esa área, supuestamente cerca del rio Don. Y luego estaban los feroces taurianos de la Crimea,una península que los griegos conocían como Taurica. Su princesa, la Iphigenia, no tenía misericordia a los viajeros, lo suficientemente desafortunados como para buscar refugio de las tempestades del Mar Negro en las costas montañosas de Crimea. Esta princesa se los sacrificaba a la diosa Artemis, quien la había salvado de una sentencia a muerte dictada por su padre Agamenón. Pocos querían viajar a tierras tan peligrosas como las que bordeaban el “Mar hospitalario”, que de hecho era incluso muy difícil de navegar y muy conocido por las tormentas que se desataban y aparecían de repente.

Los griegos escucharon deprimero sobre las tierras y pueblos del norte del Mar Negro de boca de una nación de guerreros llamados “Los cimerios”, quienes aparecieron en la Anatolia después de que los escitas los sacaron de las estepas pónticas durante el siglo VIII a.C. Los cimerios nómadas se mudaron de primero al cáucaso y luego al sur hacia Asia Menor, encontrándose con culturas Mediterráneas con una larga tradición de vida sedentaria y logros culturales. Allí, los guerreros nómadas eran conocidos como los bárbaros prototípicos, una reputación que incluso aparece en la Biblia, en la que Jeremías los describe como sigue:

“Están armados con arco y lanza; son crueles y no muestran misericordia. Suenan como el rugiente mar mientras cabalgan sobre sus caballos; vienen como hombres en formación de batalla a atacarte”.

La imagen de los cimerios como guerreros salvajes también se abrió camino en la cultura moderna popular. Arnold Scharzenegger interpretó a Conan el Bárbaro, un personaje ficticio inventado en 1923 por el escritor Robert E. Howard, como el rey de Cimeria en un logro de Hollywood de 1982.

La Crimea y las costas norte del Mar Negro se volvieron parte del universo Griego durante los siglos VII y VI antes de Cristo, luego de que los cimerios fueron forzados a dejar sus tierras. Comenzaron a emerger numerosas colonias griegas en la región, muchas de ellas fundadas por colonos de Mileto, uno de los más poderosos estados griegos de la era. Sinope, fundado por Miletianos en la costa sur del Mar Negro, incluían Panticapaeum cerca de la actual ciudad de Kerch, Theodosia en el sitio de la presente Feodosiia, y Quersoneso cerca de la moderna Sevastopol, las tres en la Crimea. Pero por mucho la colonia Mileta más conocida era Olbia en la desembocadura del rio “Buh del sur”, en donde fluye al estuario del enorme Dnipró, combinando sus aguas en el Mar Negro. La ciudad tenía murallas de piedra, una acrópolis y un templo a Apolo. Según los arqueólogos, Olbia llegó a abarcar más de 120 acres en su época de mayor movimiento. Incluso albergaba hasta 10,000 personas, en una ciudad demócrata en su gobierno, y en relaciones con su ciudad madre de Mileto.

La prosperidad de Olbia, como el bienestar de las otrs ciudades y emporios griegos en la región, dependía de las buenas relaciones con la población local de las estepas cercanas. Al tiempo de fundación de la ciudad y a lo largo de su período de mayor prosperidad, durante los siglos V y IV antes de Cristo, los locales eran los escitas, un conglomerado de tribus de origen Iranio. Los griegos de Olbia y sus vecinos no sólo vivían lado a lado con ellos, y comerciaban, sino que también se casaban entre ellos, dando origen a una gran población de híbridos entre griegos y “bárbaros” cuyas costumbres también eran una mezcla de ambas culturas. Los comerciantes de Olbia, y los marineros, enviaban cereales, pescado seco y esclavos a Mileto y otras partes de Grecia, trayendo de regreso vino, aceite de oliva y artículos artesanales griegos, incluídos textiles y artesanías de orfebrería que vendían en los mercados locales. También había artículos de lujo hechos de oro, como hemos descubierto en excavaciones a sitios mortuorios de reyes escitas. Las estepas del sur de Ucrania están cundidas de montículos mortuorios, ahora reducidos a pequeñas colinas y conocidos en ucraniano como “Kurhany”.

Por mucho, la pieza más impresionante del llamado “oro escita” es un pectoral de tres piezas, descubierta en el sur de Ucrania en 1971, que puede ser observada en la actualidad en el Museo Ucraniano de Tesoros Históricos en Kyiv. El pectoral, que probablemente data del siglo IV antes de Cristo, y alguna vez decoró el pecho de un rey escita, nos recuerda cómo era la economía y labores de la sociedad escita. En su centro hay una representación de dos escitas barbudos arrodillados con una piel de oveja a modo de abrigo. Dado el material del que está fabricado el pectoral entero, recuerda uno de los vellocinos de oro de los argonautas, símbolo de autoridad y de condición real. A la derecha e izquierda de la escena central se ven imágenes de animales domésticos, caballos, vacas, ovejas y cabras. También hay imágenes de eslavos escitas, uno ordeñando una vaca. El pectoral deja pocas dudas de que los escitas vivieron un una sociedad totalmente machista y patriarcal de guerreros de las estepas cuya economía dependía de la crianza animal.

Si las imágenes de escitas y animales domesticados nos insertan en el mundo Escita, las de animales salvajes representados en el pectoral nos dicen más de cómo los griegos imaginaban la frontera más lejana de su universo, que la vida real de las estepas ponticas. Los leones y panteras persiguen jabalíes y ciervos, mientras que grifos alados, los animales más poderosos de la mitología griega, formados de mitad águila mitad león, atacan a los caballos, los animales más importantes en la vida escita. El pectoral es un símbolo ideal, no sólo de la transfetencia cultural griega, sino también de interacción entre ambos mundos, griego y escita, en las estepas ponticas.

Este entrelazamiento de culturas permitió a Herodoto recolectar el tipo de información sobre la vida escita, que ninguna excavación arqueológica podría proveernos. El mito base de los escitas, sin duda pertenece a esa categoría: “Según la narración que los propios escitas dan, ellos son los más jóvenes en todas las naciones”, afirma Herodoto en sus “Historias”, supuestamente descendían de un tal Targigatus, quien tenía tres hijos. “Mientras ellos aún gobiernaban la tierra, cayeron del cielo cuatro implementos, todos de oro – un arado, un yugo, un hacha de batalla y un cáliz.” Dos hermanos ancianos intentaron tomar los regalos del cielo, pero éstos explotaron en llamas, y sólo el hermano menor logró arreglárselas para apropiarse de ellos.

Inmediatamente fue reconocido como el líder supremo del reino y le dio origen a la tribu escita conocida como “Escitas reales”, que dominaron las estepas ponticas y guardaron el oro que había caído del cielo. Los escitas se veían a si mismos al parecer como los habitantes nativos. De otra forma, no hubieran asegurado que los padres de su fundador, Targitaus, era un dios celestial e hijo de Borysthenes, conocida ahora como el Dnipró, el rio principal de todo el reino. El mismo mito nos aclara que, aunque gobernados por nómadas, los escitas se veían asi mismos como agricultores. Las herramientas que se les dieron del Cielo incluían no sólo un yugo, sino también un arado, un símbolo claro de una cultura sedentaria.
De hecho, Herodoto describió a los Escitas como divididos en jinetes y agricultores, cada grupo ocupando su propio nicho ecológico en la región al norte del Mar Negro. A la orilla derecha del Dnipró, vista desde el punto de vista de un barco navegando rio abajo, es decir, hacia el sur, directamente arriba de la colonia griega de Olbia, de cuyos ciudadanos y visitantes Herodoto tomó la mayor parte de su conocimiento sobre la región, identificó a una tribu llamada “Los Callipedios”, probablemente mestizos de matrimonios interraciales entre griegos y escitas locales. Hacia el norte, a lo largo del Dnister y al norte de las estepas controladas por los Escitas Reales, habitaban los Alazones, quienes “en otros aspectos se asemejan a los escitas, pero ellos siembran y se alimentan de grano, y también de cebolla, ajo, lentejas y mijo. ” Al norte de los Alazones, a la orilla derecha del Dnipró, Herodoto localizó a los aradores escitas, quienes producían maíz para vender. Sobre la orilla izquierda del mismo rio, colocó a los agricultores escitas, o “Boristenitas”. Escribió que estas tribus son bastante distintas de los escitas del sur, quienes habitan las estepas ponticas.
Herodoto encontró las tierras a lo largo del Dnipró como dentro de las más productivas del mundo:

El Borístenes (Dnipró), el segundo más largo de los rios escitas es, en mi opinión, el más valioso y productivo no sólo de los ríos en esta parte del mundo sino que en cualquier otro sitio, con la única excepción del Nilo, con el que ningún otro puede ser comparado. Provee la pastura más fina y abundante, por mucho la provisión más rica de las mejores clases de pescado, y la más excelente agua potable, clara y brillante, en cualquier otro de los rios, que en las cercanías son turbios; ningún cultivo crece mejor en cualquier parte del mundo que a lo largo de sus orillas, y en donde el grano no es plantado, el simple pasto es el más lujoso del mundo.

Una descripción muy adoc, por cierto.

El suelo negro de la cuenca del Dnipró, el Chornozem, es considerado aún en la actualidad dentro de los más ricos del mundo, lo que hace que Ucrania sea considerada “el granero de Europa”.
Las tierras en la parte media de la cuenca del Dnipró, colonizadas por agricultores, no llegaban aún a la frontera de la tierra conocida por Herodoto. También existían otros pueblos al norte, sobre los cuales no sólo ni los griegos de las colonias, sino que tampoco los escitas de distintas profesiones sabían nada sobre su estilo de vida. Esos pueblos habitaban la última frontera. Al lado derecho del Dnipró, se llamaban “Los Neuri”; y a la izquierda, un poco más lejos al norte y al este, simplemente se les decía “Los caníbales”. Horodoto no llegó a saber mucho sobre ellos, pero la ubicación de los Neuri en los pantanos del Prypiat en la frontera actual de Ucrania y Belarús, coincide con una de las más probables regiones que ocuparon los antiguos eslavos, en donde se encuentra alguno de los dialectos más antiguos de Ucrania.

Si uno confía en Herodoto y sus fuentes, el reino escita fue un conglomerado de grupos étnicos y sus culturas, en las cuales la geografía y ecología determinaron el sitio a ocupar por cada grupo en la estructura general del reino y en su división de labor. Los griegos y los escitas helenizados ocupaban las costas, sirviendo de intermediarios entre el mundo Mediterráneo de Grecia y las tierras remotas en términos de comercio y cultura. Los productos comerciales principales eran los cereales, pescado seco y los esclavos, que provenían de las tierras altas o las áreas de estepas mezcladas con bosque. Para llegar a los puertos del Mar Negro, y a esos productos, en especial cereales y esclavos, había que pasar por las estepas habitadas por los Escitas Reales, quines controlaban el comercio y conservaban la mayoría de los productos para si mismos, dejando parte de su dorado tesoro en las desembocaduras de la región. La división que Herodoto describió entre costa, estepa y bosque, sería una de las principales divisiones geográficas en la historia de Ucrania, que duró por siglos, si no milenios.


El mundo escita, de muchas capas, que representó en sus “Historias”, llegó a su fin durante el siglo III antes de Cristo. Los romanos, quienes tomaron el control de las colonias griegas del norte del Mar Negro y extendieron su protección a ellos en el siglo I d.C., tuvieron que lidiar con los distintos maestros de las estepas.
Los sármatas no eran un poder menos intimidante en la región de lo que habían sido los escitas, pero sabemos muchísimo menos sobre ellos. Esto se debe principalmente por el comercio entre las colonias griegas y las partes remotas de Ucrania, y con ella, el flujo de información, que lo que había florecido bajo el gobierno escita que llegó a casi un alto total durante el gobierno sármata. Estos desplazaron a los escitas hacia la Crimea, en donde los antiguos gobernantes del reino crearon uno nuevo, llamado “Escitia menor”. Los escitas controlaron la península y las estepas inmediatas a su norte, incluídas las colonias Griegas. Los sármatas conservaron el resto de las estepas ponticas pero no tenían acceso a las colonias griegas. Los escitas, por su parte, perdieron el control de las estepas y las tierras remotas. El conflicto entre los dueños antiguos y nuevos de las estepas dañó el comercio y prosperidad y, con el tiempo, la seguridad dentro de las colonias riegas, puesto que tanto escitas como otros pueblos nómadas exigían dinero y bienes a los colonos, sin importarles si florecían o no. Otro poderoso factor que redujo el comercio fue la aparición de nuevos proveedores de productos agrícolas a los mercados del Mediterráneo. El grano ahora venía de las costas agea e iónica de Egipto y del Medio Oriente por las rutas comeciales que protegían los conquistadores de Alejandro el Grande y el surgimiento del Imperio Romano.

Cuando los romanos extendieron sus dominios a las costas norte del Mar Negro durante el primer siglo antes de Cristo, revivieron algo del antiguo comercio proveyendo a las colonias griegas ahora bajo su gobierno, con un cierto grado de seguridad, pero eso probó ser una tarea muy ardua.

Ovidio, cuyo nombre completo era Publius Ovidius Naso, fue exiliado por el Emperador Augustus durante el año 8 d.C. a un sitio llamado Tomis, en la costa del Mar Negro, actual Rumanía y falleció allí diez años después, nos dejó una vívida descripción de los peligros de la vida cotidiana en estas colonias marítimas griegas al cambio de milenio:

Innumerables tribus en torno a nosotros amenazan con feroces guerras, y piensan que es una desgracia existir sin saquear. Allá afuera no es seguro en ningún lugar: la propia colina está protegida por unos frágiles muros, y la ingenuidad de sus guardias… Estamos apenas protegidos por el escudo de la ciudad: e incluso los bárbaros pululan adentro, mezclados con los griegos, algo que inspira temor, pues los bárbaros viven junto a nosotros, sin discriminación, e incluso ocupan más de la mitad de las casas.

Esta lamentable situación, causada por las hostiles relaciones con los vecinos “bárbaros” y la falta de seguridad, no podía más que reflejarse pobremente en las alguna vez prósperas colonias de la región. Dio Chrysostom, un orador y filósofo griego que afirmó haber visitado la ciudad de Olbia, conocida por los extranjeros como “Borístenes” a fines del primer siglo d.C., nos dejó un reporte vívido de esta colonia en estado de decadencia:

La ciudad de Borístenes, en todo su tamaño, no corresponde a su antigua fama, dados los constantes ataques y guerras en su contra. Puesto que desde que la ciudad ha quedado en el medio de bárbaros por tanto tiempo — bárbaros también a quienes tienen mayor gusto por la guerra — siempre se encuentra en estado marcial … Por esa razón las fortunas de los griegos en tal región alcanzaron su punto más bajo, algunas de ellas sin estar ya unidas como para formar ciudades, mientras que otras disfrutan apenas de una mísera existencia como comunidades, y que mayormente son los bárbaros quienes acuden a ellas.

Tal era el estado de las colonias griegas más de un siglo después de la llegada de los romanos. La región nunca recuperó su prosperidad, comercio y conexiones con las regiones remotas que nos había narrado Herodoto en los días de gloria de esta parte del mundo.

Constantemente en guerra o en peligro de guerra con la población local, los colonos sabían muy poco sobre sus vecinos. “El Bósforo, el Don, los pantanos escitas quedan más allá”, escribió Ovidio, viendo al noreste de su exilio en Tomis, “un puñado de nombres en una región apenas conocida. Más allá no hay más que un frío inhóspito. ¡Ah, qué tan cerca estoy de los confines del mundo!”

El contemporáneo de Ovidio, Strabo, autor de las famosas “Geografías”, conocía un poco más sobre las estepas ponticas que el famoso exiliado romano. De Strabo es de quien podemos aprender los nombres de las tribus sármatas y las áreas bajo su control. Según él, los Iazyges y los Roxolani eran “habitantes de carretas” o nómadas, pero el famoso geógrafo no nos da absolutamente nada sobre la población sedentaria en las estepas boscosas alrededor del Dnipró, y ni mencionar las áreas forestales más al norte. A diferencia de Ovidio, sin embargo, no vivía entre los pueblos de la región; ni mucho menos sus fuentes fueron tan buenas como las de Herodoto. No sabían nada acerca de los “norteños”, y Strabo se quejaba sobre la ignorancia que prevalecía “en respecto al resto de los pueblos que van en orden uno tras otro hacia el norte; pues no se nada sobre los Bastarnos, no sobre los Saurómatas y nada, en una palabra, sobre ninguna de las tribus que habitan sobre el Ponto, ni cuán lejos están del Mar Atlántico, ni qué países tienen como frontera“.

Los informantes de Strabo venían de una de las colonias, pero si Herodoto realizó varias referencias al Dnipró, Strabo parecía más familiarizado con el Don. Sus fuentes, al parecer, provenían de Tanais, una colonia griega en la desembocadura del Don, que pertenecía al reino del Bósforo, la má poderosa unión de colonias griegas revividas con el arribo de los romanos. Para Strabo, el Don tenía un significado especial. Servía como la frontera más oriental de Europa, un término utilizado en la patria agea para descubrir la expansión de la presencia griega en el mundo exterior. Europa quedaba al oeste del Don, mientras que Asia comenzaba al este de él.

Por eso, al principio del primer milenio de nuestra era, cuando los romanos llegaron a las colonias pónticas, los territorios de Ucrania se vieron de nuevo al borde del mundo conocido por la civilización occidental. La frontera norte del mundo helénico se había convertido ahora en la frontera oriental de Europa. Y así permanecería por casi otros dos mil años, hasta que emergiera el imperio ruso en el siglo XVIII, redibujando el mapa de Europa, moviendo su frontera oriental hasta los Urales.
La división de las estepas pónticas en partes europeas o asiáticas no significaba mucho en el tiempo de los romanos. Strabo escribió sobre los sármatas tanto en el lado derecho como en el izquierdo del Don, y Ptolomeo, uno de sus sucesores, escribió durante el siglo II d.C., sobre dos sármatas, unos europeos, y otros asiáticos, una división que permanecería constante en las obras de geógrafos europeos por otro milenio y medio. Pero más importante que las fronteras imaginarias de Europa, fueron las fronteras reales de civilizaciones entre las colonias Mediterráneas en las costas al norte del Mar Negro y las de los nómadas de las estepas pónticas. A diferencia de las colonias griegas con sus fortalezas circundantes, las fronteras nunca estaban delineadas en roca, sino que formaban zonas muy amplias de interacción entre los colonos y los locales en donde los idiomas, religiones y culturas se entremezclaban, produciendo nuevas relidades, culturales y sociales.

Las tierras que separaban a los nómadas de las estepas y los agricultores de las estepas boscosas, conocidas tan bien por Herodoto, para Strabo fueron invisibles. Fuera que hubiesen desaparecido o que los escritores mediterráneos simplemente no las conocieran, es difícil de determinar. La geografía y la ecología siguieron siendo las mismas, mientras que la población probablemente no. Ésta simplemente se rehusó a quedar estática en el primer milenio de la era Cristiana.


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Los reyes de Escitia

Ishpaka

Principios del siglo VII a.C.

El rey Ishpaka, que se puede encontrar en la literatura antigua también como Aspakos, Ishkapai o Ishpakai, fue un regente escita.

Esta figurilla de oro, que data del siglo IV a.C., no representa exactamente a Ishpakay. Notar que los reyes escitas ya vestían Zharovary, pantalones que también vistieron los kozakos

Su nombre originalmente en akkadiano era “Aspaka”, que se deriva de “aspa”- “caballo” en diminutivo, o también “Spakaya”, que es realmente un hipocorístico o “nombre de cariño” derivado de “spaka” – “perro”.

El período de reinado de Ishpaka se dio durante un movimiento nómada en el que unas tribus desplazaban a otras. Por ejemplo, los nómadas de las estepas eurasiáticas desplazarona los escitas al suroeste de Asia, y de ahí a la región de estepas que hoy se llama Ucrania.

No existen muchas fuentes, pero la más fidedigna, que escribió Heródoto, nos relata que los Massagetas migraron al oeste, forzando a los escitas hacia el oeste, al otro lado del rio “Araxes” (que, al parecer, puede ser el actual Volga), desplazando a su vez a los Cimerios.

Esta otra tribu, los Cimerios (ENLACE) migraron al suroeste, a lo largo de las costas del mar negro, llegando a Anatolia. Y los escitas también siguieron un rumbo similar, pero ellos fueron a lo largo de las costas del mar Caspio, llegando a lo que es ahora Azerbaijan, en donde se establecieron durante un corto período y siguieron su rumbo hasta lo que es ahora Ucrania por allá por el siglo VI antes de Cristo.

La primera mención de este rey en los registros, nos lo ubica entre los años 680 y 678 antes de Cristo, cuando se unió a los Mannaeanos y a los Cimerios para atacar Asiria, y fue muerto en batalla a manos del rey asirio Esarhaddon.

El sucesor de Ishpakaya fue Bartatua, quien probablemente era su hijo, y quien estableció una alianza con Asiria.

Protothyes

Principios del siglo VII a.C.

Nota: no existen representaciones históricas fidedignas de la apariencia de cada uno de los reyes escitas, por lo qur acompañamos este artículo con imágenes más recientes, o representaciones en objetos de arte, generalmente en oro, que sí datan de esa época

Hemos dicho que el sucesor de Ishpakaya se llamaba Bartatua, pero es lo mismo que Protothyes. El nombre de este rey se puede encontrar como 𒁇𒋫𒌅𒀀 en akadiano, que se traduce a Bartatua o Partatua. En griego se escribe Προτοθύης, o Protothúes, que significa “con una fuerza que llega muy lejos”. Otros expertos piensan que proviene de Prta-tavaʰ, que significa “con fuerza para luchar”.

A diferencia de Ishpaka, a quien sucedió y probablemente fuera su padre, Bartatua intentó un reacercamiento a los asirios y, en el 672 a.C. pidió la mano de la hija del rey Esarhhadon, quien se llamaba Serua-eterat, lo cual lo sabemos por las preguntas que le realizó al oráculo del sol dios, shamash.

Se desconoce si tal matrimonio se concertó finalmente, aunque se asume, puesto que se estableció una alianza muy cercana entre ambas potencias. Lo más probable es que Serua-eterat llegara a ser la madre de Madyes, el sucesor de Bartatua, su hijo. Los escitas fueron aliados de los asirios hasta que éstos los rechazaron luego de la muerte del hijo de Esarhaddon, Ashurbanipa.

Esta alianza que realizó Bartatua requería que los escitas se convirtieran en vasallos de los asirios, pero que también les otorgaba el derecho legal de ocupar esos terrenos, como una extensión nominal del imperio neo-asirio.

Bartatua falleció en el 645 a.C., y lo sucedió su hijo, Madyes, quien fue el que llevara el poder escita a su pico en Asia Suroccidental y Europa oriental.

Madyes

El rey Madyes vivió desde alrededor del 658 hasta cerca del 625 antes de Cristo.

Madúes, Madius o Μαδύης que significa “feliz” según algunos expertos, y “bebida intoxocante” según otros, fue el sucesor de Bartatua, y también su hijo con Serua-eterat.

A los cinco años de su reinado, Madyes decidió invadir a los medos, una tribu iraní que estaba en guerra contra asiria, y el rey de los medos, Phraortes, fue muerto en batalla. Entonces Madyes impuso la hegemonía escita sobre los medos por veintiocho años, en favor de los asirios, dando de esta forma inicio a un período que Heródoto llamó “El reinado de escitia sobre Asia”.

Madyes pronto logró expandir aún más la hegemonía escita, llevándola a las tribus Mannae y Urartu.

En el año 637 antes de Cristo, la tribu tracia Treres, que había migrado a través del Bósforo y había invadido Anatolia bajo el reinado de su rey Kobos, en alianza con Cimerios y Lycianos. AL séptimo año de reinado del rey Ardys, el rey Kobos atacó en tal alianza el reino de Lydia, derrotándolo y tomando la capital del reino, Sardis, excepto su ciudadela, y el rey Ardys fue muerto en la batalla. El hijo del rey, y su sucesor Sadyattes, también fue muerto probablemente durante otro ataque cimerio a Lydia dos años después, en el año 635.

Luego de ello, con la aprobación de los asirios y en alianza con los Lydianos, los escitas entraron a Anatolia liderados por Madyes, expulsando a los Treres de Asia Menor y derrotando a los cimerios de tal forma que nunca más volvieran a constituir una amenaza, con lo que este rey logró expander el dominio escita hasta Anatolia cental, lo que duró hasta que ellosmismos fueron expulsados por los medos en el suroesta asiático en el año 590 a.C.,

Esta derrota final a los cimerios fue ejecutada por las fuerzas unidas de Madyes, a quienes el historiador Strabo da el crédito también de expulsar de una vez por todas a los cimerios de Asia Menor.

En el año 625 a.C, Cyaxares, el hijo de Phraortes y su sucesor en el reino medo, logró vencer el yugo escita sobre los medos al invitar a sus gobernantes a un banquete, y luego asesinarlos tras emborracharlos; alparecer Madyes fue asesinado de esta manera, en tal masacre.

Según registros babilonios, una década después, los escitas operaban como aliados de Cyaxares y los medos en su guerra contra Asiria, y en el año 590 fueron expulsados del suroeste de Asia por los medos, tras lo cual retornaron a las estepas pónticas.


Spargapeithes

Más conocido por ser el asesino del rey escita Ariapeithes, este gobernante de los Agatirsos, una tribu escita.

En escita lo encontramos escrito Spargapaiθa, y en griego Σπαργαπείθης, aunque en español lo encontramos también como Spargapises.


Lycus

El rey “Lik”, o Лік en ucraniano, Λύκος en griego, también nombrado “Lico” en español, gobernó en el siglo VI antes de Cristo, como hijo de Spargapeithes y padre de Gnurus. Se desconocen sus fechas de nacimiento o muerte, al igual que el nombre de su madre.

En la tumba de Soloja-1 se halló un ánfora con la inscripción “Λύκο” datada entre el 400 y el 390 antes de Cristo, que se presume sea de Lycus, sepultado en esta tumba.

En el número 76 del tomo IV de “Historia” de Heródoto, se menciona a Lico:

“Pero, según supe de Timnes, tutor que era de Ariapites, fue Anacarsis tío de Idantirso, rey de la Escitia, e hijo de Gnuro, nieto de Lico y biznieto de Espargapites. Y si es verdad que Anacarsis fuese de tal familia, ¡triste suerte para el infeliz de haber muerto a manos de su mismo hermano, pues Idantirso fue hijo de Saulio, y Saulio fue quien mató a Anacarsis!”


Gnuro

Poco se sabe de Gnuro, Гнур en ucraniano, y en griego Γνούρος. Se sabe, por el numeral 76 de “Historia” en su tomo IV de Heródoto, que Idantirso fue su hijo, y nieto de Lico, por lo que se presume que Gnuro fue hijo y sucesor de Lico. Gnuro es padre de Saulio y Anacarsis.

Se sabe también que fue el gobernante de Escitia durante la primera mitad del siglo VI antes de Cristo.


Saulio

Савлій en ucraniano, Σαύλιος en griego, Saulius o Saulio en español. Se desconoce su fecha de nacimiento, pero se sabe que falleció en el año 515 a.C., gobernó Escitia durante la segunda mitad del siglo VI a.C., Hermano de Anacarsis, quien no fue gobernante sino filósofo escita, muy famoso. Saulio asesinó a Anacarsis, según los historiadores por envidia, pues éste había sido instruido en Grecia.

El numeral 76 del tomo IV de “Historia” de Heródoto, menciona que “Uno de los escitas que le había visto en aquélla función le delató al rey Saulio, el cual, avisado, y viendo por sus ojos a Anacarsis que continuaba en sus ceremonias, le mató con una Saeta”

La probable etimología del nombre “Saulius” es de “Saudya”, que significa “Purificado”, o “ritual de purificación”.

Idantirso

Se sabe que Ἰδάνθυρσος, su nombre en griego, era el gobernante de Escitia por el año 513 antes de Cristo, y Heródoto lo menciona cinco veces en su tomo IV de “Historia”.

En el numeral 126 menciona el relato de la invasión de Dario I de Persia a Escitia, cuando los escitas se retiraban, le envió un mensaje a su rey. Pero mejor leamos:

“Viendo Darío que se dilataba la guerra y que nunca cesaba la marcha, determinó enviar un mensajero a caballo que alcanzase al rey de los escitas Idantirso y le diese esta embajada:

A lo que, en el siguiente numeral, el rey escita responde:

“A esta embajada dio la siguiente respuesta el rey de los escitas Idantirso:

En la historia existe otro Idantirso, siendo “el joven” sobre el que hablamos en este apartado. El otro se la llama “el viejo” y, al parecer, fue quien lideró a los escitas cuando atravesaron Asia, llegando a Egipto. Varios otros autores dicen que fue Madyas, y que Cyajares fue quien terminó de dirigir la expedición. Sin embargo, el relato de Justin es poco claro, por lo que no se toma con seguridad.

Ariapeithes

Ester rey escita gobernó alrededor del año 500 antes de Cristo.

En escita se escribe*Aryapaiθa, en griego antiguo es Ἀριαπείθης, rey de los escitas, padre de scyles.

Ariapeithes tuvo tres esposas, con un hijo de cada una una de ellas. Con una mujer griega, de Istria, tuvo a Scyles; con la segunda esposa, una tracia de quien desconocemos el nombre, pero sabemos que era la hija del rey Teres, tuvo a Octamasadas; y con una tercera, llamada Opoea, tuvo a Oricus.

Ariapeithes fue asesinado por traición a manos de Spargapeithes, el rey de los Agatirsos, luego de lo cual tomó el poder su hijo Scyles. El nuevo rey contrajo nupcias con una de sus madrastras, Opoea, como una de sus esposas.

Ariapeithes fue contemporáneo del historiador Heródoto, pues éste nos cuenta que obtuvo de Tinines, el guardaespaldas de Ariapeithes, un reporte sobre la familia del filósofo escita Anachirsis.


Scylas

Este rey estuvo en el poder alrededor del año 500 antes de Cristo, y Heródoto nos lo describe como un escita hijo de mujer griega, quien fue desterrado por su pueblo.

Monedas de Nikonium con el nombre de Escilas escrito

Scyles, Skyles, o Scylas se escribe *Skula; en escita, o Σκύλης en griego. Es mencionado en las historias de Heródoto como admirador de la cultura y tradiciones griegas, lo cual lo llevó a su decadencia como regente y el ser ejecutado por su hermano.

El nombre Scyles es realmente una helenización del endónimo escita “Skula”, que a su vez en una forma dialéctica de “Skuda”.

Heredero e hijo del rey Ariapeithes con su primera esposa, una griega de Istria, recibió su educación y la lengua griega de su madre, lo que lo hizo destacar dentro de otros escitas, la mayoría iletrados.

Dado su origen ambivalente, su cultura presentaba características de ambos padres y, aunque practicaba tradiciones escitas, tenía también gustos griegos. Por ejemplo, construyó una mansión en la Olbia Póntica y contrajo matrimonio con una mujer griega, ambas prácticas inauditas para los escitas, quienes eran nómadas y polígamos. Otra práctica fue el tomar parte en algunos ritos báquicos, lo que enfureció a otros regentes escitas.

Según relata Heródoto, estas prácticas fueron las que hicieron que los escitas se rebelaran en contra de Scyles, y lo forzaran a huír de su tierra natal. Escapó hacia Tracia, quedando albergado con el rey Sitalces. Sin embargo, lo persiguió su hermano Octamasadas, quien reunió un ejército y marchó a Tracia, declarándole la guerra.

En el medio de la batalla entre escitas y tracios, Octamasadas hizo un trato con el rey Sitalces, ofreciéndole liberar a su hermano a cambio de que le entregara a Scyles. De esta forma fue que cayó Scyles en manos de su hermano, y luego ejecutado.

En la antigua ciudad de Niconium se han hallado monedas acuñadas con el nombre de Scyles, lo cual hace pensar a los expertos que ese es el sitio en el que el antiguo rey escita está sepultado.


Octamasadas

Octamasadas gobernó por el 450 antes de Cristo, sucesor de su medio hermano Scylas, pero por la fuerza, pues lo derrocó.

Demóstenes. Este orador griego, nacido en el 384 antes de Cristo, tenía ascendencia escita

Como dato interesante, Octamasadas fue hijo de la hija de Teres I, rey de Tracia, lo que lo hacía nieto de este gobernante, y sobrino de los otros dos reyes tracios, Sitalces quien gobernó del 431 al 424, y de Sparadocos, quien gobernó del 448 al 440.

Hemos mencionado en el apartado dedicado a Scylas que éste no seguía por completo las tradiciones escitas, ya que tenía ascendencia griega también, lo que desató una rebelión que aprovechó Octamasadas para derrocar a su medio hermano, quien huyó a Tracia.

Al escuchar Octamasadas que Scylas se había ocultado en Tracia, dirigió su ejército hacia allá, pero el ejército tracio lo esperaba al otro lado del rio Ister. A punto de entrar en batalla, Sitalces, su tio, le envió el mensaje siguiente, que nos narra Heródoto en el numeral 80 del tomo IV de “Historia”:

“¿Para qué probar fortuna y querer medir las espadas? Tu eres hijo de una de mis hermanas, y tienes en tu poder un hermano mío refugiado en tu corte: ajustémonos en paz; entrégame tú a ese hermano y yo te entregaré a Esciles (Scylas), que es lo tuyo. Así, ni tu ni yo nos expondremos a perder nuestra gente”

Luego de este intercambio, ese mismo día Octamasadas decapitó a Escilas. Y agrega Heródoto una nota final en este mismo numeral, que vale la pena leer para conocer la cultura escita:

“Tan celosos están los escitas de sus leyes y disciplina propia, y tal pago dan a los que gustan de introducir novedades y modas extranjeras”

Sin embargo, este hecho reforzó la amistad política entre escitas y tracios, lo que llevó a un período de prosperidad económica.

Ateas

Ateas vivió del 429 al 339 antes de Cristo; derrotado por los macedonios, su imperio se desmoronó.

Esta moneda, acuñada en la época de su reinado, sí representa al rey escita Ateas – Атей en ucraniano

En fuentes históricas es descrito como el rey más poderoso de Escitia, quien perdió al final su vida e imperio en el conflicto contra Felipe II de Macedonia, en el año 339. Se puede encontrar también su nombre como Atheas, Ateia, Ataias, o como Ateus.

No se sabe con certeza si Ateas está conectado con la dinastía de la realeza escita; muchos historiadores creen que fue más bién un usurpador que engañó a los reyes escitas, sacando del poder a la dinastía familiar y eliminando la división tripartita en la sociedad de Escitia. Para la década de los 340s había logrado unir bajo su poder a todas las tribus satélites de los escitas, que habitaban una vasta región entre el Danubio y los pantanos Maeotianos. Arqueólogos encontraron vestigios de su reinado cerca de la aldea de Kamianka a la orilla del Dnipró.

Uno de los historiadores que más lo menciona es Plutarco, quien nos dejó relatos con varias anécdotas sobre el carácter de Ateas y su actitud hacia la cultura griega:

“Ateas tomó a Ismenias como prisionero, un excelente músico, y le ordenó que tocara; y cuando otros se admiraban de su música, Ateas juró que era más agradable escuchar el relincho de un caballo…; Ateas le escribió a Filipo: tú reina sobre los macedonios, hombres que han aprendido a pelear; y yo reinaré a los escitas, que pueden luchar con hambre y sed”.

Ya cerca del fin de su vida, Ateas se fue acercando más a la esfera de influencia greco-macedonia en los Balcanes. Fuentes griegas registraron su campaña en contra de la tribu de los Histrianos, en Tracia. Al principio, Ateas pensó que era prudente solicitar la ayuda de Macedonia. Cuando las tropas de Felipe llegaron a Escitia, fueron despedidos con la noticia de que el rey de los Histrianos había muerto, y que ya no se iba a ejecutar una acción militar.

Otro conflicto que hubo entre Felipe y Ateas surgió durante un sitio a Bizancio, cuando los escitas se rehusaron a proveer a las tropas de Macedonia con suministros, poniendo como pretexto la escasez en su tierra.

Estos pequeños conflictos con Ateas le dieron a Felipe una base para invadir sus dominios. Pero la gota que derramó el vaso fue que los escitas le negaron a Felipe el erigir una estatua dedicada a Heracles en el estuario del Danubio.

En el año 339 antes de Cristo, ambos ejércitos se enfrentaron en batalla en las planicies de lo que hoy en día es Dobruja. Ateas fue muerto en batalla y su ejército quedó vencido. Felipe fue herido, e incluso su caballo fue muerto durante la batalla.

El tratado de paz entre los escitas y los macedonios se logró con el pago de los escitas de 20,000 mujeres escitas y la misma cantidad de yeguas de las estepas. Esta derrota hizo que el reino de Ateas quedara en la ruina y se desmoronara. Y la situación duró dos siglos, hasta que entró Skiluro al poder, en el siglo II antes de Cristo.


Esquiluro

También se encuentra como Skilurus, quien reinó desde el 125 hasta el 110 antes de Cristo.

Reconstrucción de cómo pudo haber lucido el rey Esquiluro

Esquiluro o Scyluro gobernó Escitia durante el siglo II, y llegó a dominar las partes bajas del Borístenes, así como la parte norte de Crimea, en donde situó la capital de la Escitia menor, Neápolis.

Skilurus rigió sobre los Tauri y controló el imperio comercial de la Olbia Póntica, llegando incluso a acuñar monedas.

Para lograr ponerse en una situación de ventaja sobre Quersoneso, se alió con la tribu sármata de los Rhoxolani. Pero Quersoneso reaccionó forjando una alianza con el rey Mithridates VI de Pontus. Skilurus murió en batalla durante la guerra contra ese rey, un conflicto que era decisivo para la supremacía sobre las estepas pónticas. Después de su muerte, los escitas quedaron de nuevo vencidos, esta vez por el rey Mithridates alrededor del año 108 antes de Cristo.

Tanto Skilurus como su hijo y sucesor, Palacus, fueron sepultados en un mausoleo en la Neápolis escita, que existió desde alrededor del 100 antes de Cristo hasta alrededor del 100 después de Cristo.

Esopo menciona al rey Esquiluro en su fábula “El viejo y sus hijos”, en la que nos deja la enseñanza de “la unidad hace la fuerza” con el ejemplo de que una varita se quiebra fácilmente, mientras que un haz de varillas es muy difícil de romper.


Palaco

Este rey fue el último de los gobernantes de la Escitia; murió alrededor del año 100 antes de Cristo, derrotado por el rey Mithridates.

Ya en la Escitia menor, en su capital Neápolis en lo que hoy es Crimea, provincia de Ucrania, Palacus continuó combatiendo a Mithridates “El grande”, quien hacia poco tiempo había matado a su padre Skiluro en batalla. Esta vez, Palaco intentó poner bajo sitio a Quersoneso, pero fue derrotado por las fuerzas pónticas de Diophantus.

Solicitando la ayuda de los aliados de Escitia, los Rhoxolani, gobernados por Tasius, Palacus lanzó una incursión para invadir otras regiones de Crimea, pero fueron derrotados por Diophantus y tuvieron que entregarse a Mithridates.

El rey Palacus es el último escita que aparece en registros clásicos.


Más sobre los escitas:

Neápolis – la capital escita en Crimea, Ucrania

Neápolis

La Неаполь Скитський, o “Скіфський” fue la capital de Escitia, localizada al sureste de Simferopol en la provincia ucraniana de Crimea, a lo largo del rio Salhyr.

El rey escita Skiluros, representado en este relieve en la capital escita Neápolis, en Crimea, Ucrania. SIglo II a.C.

Las excavaciones comenzaron a principios de 1827, pero la exploración sistemática empezó hasta 1945.

Esta ciudad fue fundada en el siglo III antes de Cristo, y rápidamente creció para llegar a ser un centro importante de comercio y fabricación de artesanías. Los escitas establecieron allí su capital, pues fueron obligados a salir de las estepas del Mar Negro por los sármatas.

Neápolis llegó al zenit de su importancia en esta región en el siglo II antes de Cristo, mientras sus gobernantes eran, primero Skhilouros y luego Palakhos.

Mapa antiguo de Asia central

El poder escita fue atacado durante los siglos II y III después de Cristo, por el reino del Bósforo, y durante los siglos III y IV, Neápolis finalmente cayó bajo los ateques de godos y hunos, y la ciudad quedó abandonada.

Esta metrópoli antigua cubría una extensión aproximada de 20 hectáreas. Estaba rodeada de gruesos muros, de hasta 12 metros, y torres. Dentro de las murallas había edificios de piedra, muchos cubiertos con mosaicos y frescos, y también había almacenes y residencias privadas.

Las ruinas de lal ciudad de Neápolis

Las construcciones de habitación de los escitas habitantes de la ciudad eran redondas, parcialmente bajo la superficia, semejantes a las tiendas de los nómadas. Los escitas formaban la mayoría de la población de Neápolis, aunque también habia sármatas, taurianos y griegos, quienes especialmente ejercieron una fuerte influencia cultural en la ciudad.

Dentro de las ruinas de Neápolis, los hallazgos más impresionantes son los mausoleos de los reyes escitas, y las cámaras mortuorias, talladas dentro de las formaciones rocosas.

El arte escita

Arte escita

El arte de los escitas combinó elementos de oriente con influencia de los antiguos estados helénicos de las costas norte del mar Negro. Dicha combinación dio origen a una cualidad exquisita y única.

El mausoleo del rey Skhilouros en la ciudad capital escita de Neápolis.

El centro del arte escita puede ser considerado el Panticapaeum, la capital del reino del Bósforo. La mayor parte de artefactos escitas que se han hallado en kurhanes en el sur de Ucrania y en la región de Kuban fueron ya sea importados de Grecia o fabricados por artesanos indígenas tanto helénicos como escitas. La joyería escita en especial tenía un altisimo nivel de intrincación y magnificencia.

La característica principal del arte escita es su uso de la simbología zoomorfa. Objetos hallados en Ucrania se distinguen claramente de sus partes del Cáucaso, que reflejan más influencia de arte iraní, armenio, altaico y, por medio de éste último, chino.

Tazón escita del siglo IV a.C. Hallado en el kurhan de Haimanova Mohyla

Los escitas modelaban los objetos de oro de forma que representaran ciervos semirecostados, venados, leones, panteras, caballos y algunos animales domesticados, aves y bestias fantásticas como grifos o sirenas; también rostros humanos, cuerpos y grupos de humanos.

Una gran cantidad de jarrones, cálices, aljabas, fundas, vainas, peines y otros objetos, representan escenas de la vida cotidiana de ese entonces, como combates, actividades en la granja, con el ganado, la doma de caballos, ordeñando vacas, cosiendo pieles, etc., asi como también motivos de la mitología e historia de Grecia. Esta simbología se acompañaba casi siempre con ornamentos griegos, geométricos y florales. Los objetos que representan grifos, por ejemplo, con cabeza de león o águila, llevándose a caballos o venados, representan todos a las fuerzas del mal; éstos eran más bién amuletos.

Las obras de arte escitas más finas que se han hallado, fueron excavadas en los llamados “Kurhanes reales escitas“: Kul Oba, La tumba de Haimanova, Melitopol, Soloja, Krasnokutskyi, la Tumba Tovsta, y el kurhan de Chortomlyk en el sur de Ucrania, además de la Velyka Blyznytsia y Kostromska en la región de Kuban.

Tazón escita de oro. Hallado en el kurhan de Kul Oba

Las influencias Helénicas del siglo IV antes de Cristo comenzaron su decadencia en el litoral del norte del Mar Negro como resultado de la inmigración de sármatas y otras tribus iraníes. En el siglo III, inclusive, los sármatas forzaron a los escitas a salir del sur de Ucrania y quedar relegados en la provincia ucraniana de Crimea, en donde desarrollaron una nueva forma de arte.

En el sitio de la nueva capital de Escitia, Neápolis, fue hallado un mausoleo para personas célebres, en el que fueron sepultados junto con sus caballos. Además se descubrieron allí también 1300 obras de arte, incluídos frescos con escenas de equitación y cacería.

Durante el siglo XIX, lamentablemente, muchos tesoros escitas fueron llevados de Ucrania, incluída Crimea, a San Petersburgo, al museo de la ermita. Sólo los hallazgos de excavaciones organizadas por la Academia de Ciencias de Ucrania, en las últimas décadas del siglo XX, pueden ser contemplados hoy en los museos ucranianos.

Detalle de pectoral de oro.Hallado en el sitio de Tovsta Mohyla

Detalle de pectoral de oro.Hallado en el sitio de Tovsta Mohyla
Tazón escita de oro. Data del siglo IV a.C.
Ornamento de la diosa escita Apa. Del kurhan de Kul Oba

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Objetos de oro del kurhan de Kul Oba

Ánfora escita de plata,del kurhan de Chortomlyk

Escitia

Escitia

La Скитія, también escrita Скіфія fue la región que ocuparon los escitas. Según Heródoto, la Gran Escitia se extendía por un gran rectángulo de alrededor de 700 km de oeste a este, desde el rio Danubio, luego por la costa del mar negro y las estepas en todo lo que hoy es Ucrania, hasta la cuenca baja del Don en el extremo este.

Peine de oro. Hallado en el kurhan de Soloja. Data del siglo IV a.C.

También se han hallado algunos poblados escitas aislados en lo que hoy es la frontera entre Hungría y Rumanía, que probablemente eran puestos fronterizos de vigilancia.

No se sabe qué tan al norte llegaban las tierras escitas por las tierras de estepa boscosa. A fines del siglo V después de Cristo se había establecido como capital Escitia la ciudad de Nikopol, como se llama ahora, cerca del asentamiento fortificado de Kamiana.

Los escitas fueron expulsados, por los sármatas en el siglo III d.C., de las estepas hacia lo que se llamó “Escitia menor”, en Crimea, Ucrania. En esta península establecieron su nueva capital, Neápolis. También algunos se establecieron en la Dobrudja, una región al sur del delta del Danubio.

Pectoral escita de oro, hallado en el kurhan de Tovsta Mohyla. Data del siglo IV a.C.

En la literatura encontramos a menudo el topónimo “Escitia”, o también “Skufia” o “Gran Skuf”, que se refiere, en las crónicas primarias, a la región del sur de Ucrania. Mientras que “Sarmatia” aparece más en la literatura del siglo XIX.

Enlace a “Sitios arqueológicos escitas”.

Sitios arqueológicos escitas en Ucrania

A continuación un listado de los asentamientos, kurhanes y sitios arqueológicos que han arrojado información a los expertos sobre cómo era la cultura escita:

Asentamiento fortificado de Bilsk

El Більське городище era un poblado escita muy grande, que data de entre los siglos VI al III antes de Cristo, ubicado a las orillas del rio Vorskla, cerca de la aldea de Bilks en el distrito de Kotelva, provincia de Poltava.

Bilsk

Este asentamiento arqueológico fue excavado e investigado inicialmente por Vasilii Horodostov y luego, entre 1958 y 1976, por B. Trakov y Borys Shramko.

En su época se componía de tres poblados realmente, separados pero dentro de una misma muralla de tierra, con fosa, de 35 km de longitud. La extensión total de los asentamientos era de 3,868 hectáreas.

El poblado fortificado de Bilsk

Las excavaciones revelaron grandes casas en fosa, y varios pozos para la ceniza. Los habitantes fueron, básicamente, granjeros y ganaderos, pero también se dedicaban a la fundición de cobre, la herrería y el hilado para comerciar con los Antiguos Estados de las costas del Mar Negro.

Cerca de este poblado fortificado, se hallaron bastantes montículos mortuorios, incluído el famoso “Kyrhan de Skorobir”. Algunos expertos, dentro de ellos B. Shramko, piensan que este poblado corresponde al “Helon” mencionado por Heródoto.


Chortomlyk

Чортомлик es el nombre de un gran kurhan escita, de 20 metros de altura y 350 metros de diámetro, que data de finales del siglo IV antes de Cristo, y ubicado a 22 km de Nikopol en la provincia de Dnipro.

Cabeza de Dionisio´, hallada en el kurhan de Chortomlyk

Este montículo para entierros fue excavado por primera vez entre 1862 y 1863 por Ivan Zabelin, quien descubrió en él los restos de ornamentos y armas de oro y plata, esqueletos de caballos y, sobre todo, los restos mortales de un rey escita.

El objeto más valioso que se halló fue un ánfora de plata con una representación de los escitas domando caballos salvajes. Los objetos de arte hallados en el Kurhan pertenecen a la colección de ejemplos más finos de joyería griega y se encuentran en manos del museo de los eremitas en San Petersburgo.


La Mohyla Haimanova

La Гайманова Могила es un enorme kurhan real escita que data del siglo IV antes de Cristo, situado cerca de la aldea de Balky en el distrito de Vasylivka de la provincia de Zaporizhia..

Detalle de un tazón escita del siglo IV a.C. Hallado en el kurhan de Haimanova

Fue excavado inicialmente por V. Bidzilia entre 1969 y 1970. Se hallaron restos de carretas y un festín funerario, cuatro entierros con siete esqueletos humanos sobre 250 ornamentos de oro y muchísimos artefactos de hierro, bronce, madera, hueso y arcilla, además de una gran cantidad de armas.

El objeto más notable hallado aquí fue una copa de plata bañada en oro con un friso que representa a los guerreros escitas.


El asentamiento fortificado de Kamianka

El Кам’янське городище es el sitio que contiene las ruinas de un gran poblado, de casi 12 km de longitud, que estaba ubicado en la orilla izquierda (oriental) del rio Dnipró, del lado opuesto de donde está ahora la ciudad de Nikopol, en la provincia de Zaporizhia.

Esqueleto de un guerrero escita, hallado en la provincia de Cherkasy, actualmente en el museo de estudios regionales de esa región

Este sitio fue excavado por D. Serdiukov entre 1899 y 1900, y luego por B. Grakov entre 1938 y 1941, y más adelante entre 1944 y 1950.

El sitio nos dejó edificios de habitación grandes, de madera, tanto superficiales como en fosa, e incluso una acrópolis. Esta ciudad era, probablemente, la capital de Escitia, que mencionan se llamaba “Ateas”, un centro de comercio y metalurgia de la época de los escitas. Es, de hecho, el poblado escita más grande que se ha descubierto en Ucrania, después del asentamiento fortificado de Bilsk.También se hallaron vestigios de períodos posteriores, así como una necrópolis de la cultura Cherniajiv.

Los habitantes de este poblado se dedicaban a la agricultura, crianza de animales y comercio, en especial con las colonias helénicas a lo largo de la costa del Mar Negro. Se descubrió que la ciudad fue abandonada repentinamente, con excepción de la acrópolis, en el siglo III antes de Cristo.

A principios del siglo XVIII se construyó aquí la fortaleza “Kamiany Zaton”, por órdenes del zar Pedro I, para defender contra las incursiones tártaras. La mayoría de ruinas se encuentra sumergida bajo el agua, debido a la construcción de un embalse, el Kajova. Sin embargo, el sitio fue extensamente descrito en libros, en especial las obras de B. Grakov en 1954, y de I. Griaznov en 1978.


Karavan

Караван es un poblado fortificado escita, que data de los siglos V a principios del II, antes de Cristo. Fue descubierto cerca de la aldea de Karavan en el distrito de Derhachi de la provincia de Járkiv.

Taza de oro escita exhibida en el Museo de Tesoros Históricos de Ucrania

Las excavaciones han arrojado, entre 1954 y 1955, los restos de fortificaciones, de casas de arcilla y madera, superficiales, de cerámicas y de huesos de animales domésticos y salvajes.

Un hallazgo peculiar de este sitio arqueológico son vasijas miniatura de arcilla, un fragmento de una estatuilla antropomorfa, panes de arcilla y 170 modelos en arcila de granos, todo se encontraba en un altar de sacrificios y en una fosa de ceniza. Los arqueólogos creen que tiene algo que ver con algún culto escita a a agricultura.


El Kurhan de Krasnokutskyi

El Краснокутський курган nos devela la historia desde el siglo IV hasta principios del III antes de Cristo. Está ubicado cerca de la aldea de Loshkarivka en el distrito de Nikopol de la provincia de Dnipro.

Estatuilla escita, de piedra

Quien excavó oficialmente de primero el kurhan fue Ivan Zabelin, en 1860, pero lamentablemente descubrió que la tumba de un rey escita, ya había sido saqueada; sin embargo, halló también los esqueletos de cuatro caballos, armaduras con ornamentos de plata, para tales caballos, y partes de dos carretas de madera.


El kurhan de Kul Oba

El Куль Оба es un kurhan escita del siglo IV antes de Cristo, ubicado a 6 km de la ciudad de Kerch, en la provincia ucraniana de Crimea.

Detalle de tazón de oro del Kurhan de Kul Oba

Las excavaciones de P. Dubrux e Ivan Stempkovsky en 1830, develaron una bóveda de roca, en forma piramidal, que contenía los esqueletos de un rey de los escitas helénicos, de su esposa o cortesana, de su sirviente, y un montón de varios cientos de dijes de oro, dos diademas de oro con tabletas del mismo metal representando a los escitas, armas con ornamentos de oro, dos collares y brazaletes de ese metal, medallones representando la cabeza de Ateba, aretes, otros bienes de oro, plata y bronce, y cientos de cabezas de flecha y lanza, hechas de bronce.

A pesar de tanto objeto de oro que hemos mencionado, el más valioso descubierto es un tazón de oro y plata, ornamentado con escenas de la vida diaria escita. La mayor parte de este tesoro se conserva en el museo de la ermita en San Petersburgo.

Joyería escita, de oro, del kurhan de Kul Oba


El kurhan de Melhunov

El Мельгуновький курган es un montículo mortuorio, de la realeza escita, que data de principios del siglo VI antes de Cristo. Se ubica cerca de la aldea de Kucherivka, ahora en el distrito de Znamianka de la provincia de Kropyvnytskyi.

Ornamento de oro escita, que representaa la diosa escita Apa. Hallado en el kurhan de Kul Oba

El nombre de este montículo deriva de Aleksei Melgunov, el gobernador de la provincia de la Nueva Rusia, del imperio moscovita, quien fue quien comisionó la excavación del sitio en 1763.

También llamado “Lyta Mohyla”, este lugar contenía los restos de un rey escita y su armadura, con también puntas de flecha de bronce, una espada, su vaina, una corona de oro y ornamentos de plata.

Dentro de los datos especiales que los arqueólogos aprendieron en este Kurhan es que algunos de los artefactos contenían ornamentos asirios y persas, lo cual testifica del contacto comercial entre la Escitia y el medio oriente.


El Kurhan de Melitopol

El Мелітопільський курган es un montículo mortuorio para el rey escita. Nos proporciona información de la vida de los escitas durante los siglos IV y III y se ubica cerca de Melitopol, en la provincia de Zaporizhia. Fue explorado en 1954.

Ornamento de oro, para un carcaj, hallado en el kurhan de Melitopol

Los arqueólogos descubrieron dos féretros con los restos de una pareja de rey y reina y su esclavo, además de alrededor de 4000 artefactos que fueron de su propiedad en vida.

Dentro de los artefactos, muchos eran ornamentos de oro y plata; efectos personales militares decorados con animales como águilas, leones o jabalíes, o también con motivos mitológicos como Atena o Aquiles. También once ánforas y una tetera, de bronce.

El material descubierto se encuentra ahora en el museo de tesoros históricos de Ucrania, en Kyiv.


El asentamiento fortificado de Nemyriv

Este es un poblado del principio de los escitas, datando de entre el siglo VII y el VI antes de Cristo. El pueblo estaba fortificado a las dos orillas de un afluente del rio Buh, cerca de la aldea de Sazhky, en el distrito de Nemyriv de la provincia de Vinnytsia.

Espejo escita de bronce

Las excavaciones, que se realizaron entre 1909 y 1948, revelaron los restos de murallas de tierra y trincheras defensivas. Se determinó también que los habitantes vivían en casas grandes, de más de 6 metros de diámetro, ubicadas en fosas, y ya utilizaban los objetos que se hallaron en el sitio.


El poblado fortificado de Pastyrske

El Пастирське городище corresponde a los restos de un antiguo poblado escita de los siglos VI al IV antes de Cristo; sin embargo, y es algo muy revelador para los historiadores y arqueólogos, se hallaron los restos de otro poblado más, esta vez conteniendo utensilios y objetos más utilizados por los eslavos, que fue datado entre los siglos VII y VIII después de Cristo.

Figurilla de oro con un jabalí. Hallado en el kurhan de Jomyna Mohyla

El sitio se ubica cerca de la aldea de Pastyrske, distrito de Smila de la provincia de Cherkasy, y las excavaciones fueron realizadas entre 1892 y 1901 a cargo de Vikentii Jvoika y Myjailo Braichevsky.


El kurhan de Sloja

El курган Слоха es un montículo mortuorio de un rey escita, que data de fines del siglo V y principios del IV antes de Cristo, ubicado cerca de la aldea de Velyka Znamianka, actual distrito de Kamianka-Dniprovska en la provincia de Zaporizhia.

Ornamento con un ciervo estilizado en placas de oro escita, que data del siglo VI a.C.

Las excavaciones en él, por Nikolai Veselovskyi entre 1912 y 1913, descubrieron dos bóvedas funerarias, una cámara central lamentablemente saqueada, pero también una lateral intacta, bajo un montículo de 18 metros.

Importantes los artículos descubiertos durante el curso de las excavaciones, son los restos de cinco caballos y su caballerango, un peine de oro magistralmente ejecutado, con figuras de escitas guerreros; también un casco griego, un mazo de bronce y algunos artículos domésticos.

El kurhan de Sloja es considerado uno de los más ricos hallazgos de la época escita ucraniana.


La tumba de Tovsta

La Товста Могила es un kurhan real de grandes dimensiones, que data del siglo IV antes de Cristo y que se ubica cerca de la aldea de Ordzhonikidze en la provincia de Dnipró.

Detalle de pectoral de oro hallado en el kurhan de Tovsta, y que data del siglo IV a.C.

Esta tumba fue excavada en 1971 por Borys Mozolevsky. EL aporte a la arqueología ucraniana fue de dos bóvedas mortuorias de nobles escitas. La bóveda central ya había sido saqueada, pero se encontró una lateral, un poco posterior en el tiempo, pero intacta.

La bóveda central contenía los restos de un noble escita; en la lateral había cinco esqueletos, los principales pertenecientes a una mujer de la nobleza escita y un niño. Los esqueletos de la lateral estaban cubiertos con una gran cantidad de ornamentos de oro, y otros artefactos del mismo metal precioso.

El tesoro hallado en el kurhan de Tovsta Mohyla incluye armas, vasijas de metal y arcilla, y más de 600 artículos de oro, es uno de los hallazgos arqueológicos más ricos de ese período.

El más espectacular de todos los artículos, sin embargo, es un pectoral de oro de 30.6 cm de diámetro, magistralmente ejecutado, con representaciones de escenas de la vida cotidiana de los escitas, y algunos motivos zoomorfos. Además también una espada y su vaina de oro, ricamente decorada, además de un tocado de mujer, de oro.

Todos estos artículos están en exhibición en el Museo de Tesoros Históricos de Ucrania, en Kyiv.