La operación Wisła

La operación Wisła (o Vístula) es el nombre código de una operación militar ejecutada por unidades de seguridad y militares polacos del 28 de abril al 31 de julio de 1947, que resultó en la deportación de 150,000 ucranianos de sus territorios autóctonos, hablando de las regiones Lemko, del Sian y Jolm, al sureste de Polonia, a los “Territorios recuperados” de Polonia (los Ziemie Odzyskane), recién tomados de Alemania, en el norte y noroeste.

Miembros de la UPA capturados por soldados polacos

Oficialmente, la operación Wisla tenía como propósito el destruir las unidades activas de la UPA (Ejército Insurgente Ucraniano), que se encontaban en la región Lemko, así como también privarlas de una base de soporte dentro de la población local.

El 17 de abril de 1947 el Comité Estatal Polaco de Seguridad Pública giró la orden para la implementación de la Operación Wisla, y fue ratificada por un decreto del Presidio del Concejo de Ministros de Polonia fechado el 24 de abril de 1947.

Autorización para la ejecución de la Operación Wisła

Muchas fuentes polacas afirman que la decisión fue provocada por la muerte del general K. Świerczewski, el Minstro de Defensa de Polonia, durante una emboscada tendida por la UPA el 28 de marzo de 1947. Pero en realidad esta operación se había estado preparando bien desde mucho tiempo antes, y representó la última de las muchas medidas tomadas por las autoridades soviéticas y polacas durante y después de la segunda guerra mundial para “resolver el problema Ucraniano para Polonia”.

Un poco antes, con base en el tratado Soviético-Polaco firmado el 19 de septiembre de 1944 para “repatriar” a polacos en la Ucrania soviética y a Ucranianos en Polonia, casi medio millón de ucranianos el Polonia habían sido recolocados en la Ucrania bajo el dominio soviético.

La reubicación de los ucranianos deportados

El general S. Mossor fue el encargado de liderar al grupo operacional para la Wisla, que incluyó alrededor de 20,000 efectivos regulares polacos, así como a las tropas de seguridad interna, miembros de la milicia y civiles armados. Se aplicó el principio de responsabilidad colectiva, y todos los ucranianos en los territorios afectados, sin importar sis filiaciones políticas o sus opiniones, fueron deportados.

El proceso de deportación fue rápido y brutal: a los que se iba a deportar se les daban sólo unas pocas horas para prepararse, con lo que sólo podían llevar muy pocas pertenencias, y eran transportados a su destino en vagones tipo caja, totalmente hacinados. La provisión de comida era irregular, las condiciones sanitarias muy pobres, había demasiados retrasos en el camino, y el proceso de deportación era acompañado de una considerable violencia. Algunos deportados fallecieron en el camino, y aquéllos que resistieron a la deportación, o eran sospechosos de haber colaborado con las UPA, fueron enviados a prisión a Silesia, a la cárcel de Jaworzno.

Convoy de deportados ucranianos

Los deportados fueron dispersados en un área muy amplia, al principio en las provincias de Olsztyn, Szczecin, Wrocław, y Gdańsk. No debían de formar más del 10% de la población a la que se les estaba insertando, y la meta eventual del gobierno polaco era que llegaran a ser asimilados por completo dentro de una mayoría polaca. Las condiciones de vida fueron muy duras, dado que a los deportados no se les compensó apropiadamente por su pérdida de propiedad, y las mejores tierras y edificios en los “territorios recuperados” ya estaban ocupadas por polacos que habían sido “repatriados” de la Ucrania Occidental ahora ocupada por los soviéticos, es decir, Halychyná y Volhynia.

La operación Wisla tuvo éxito en atomizar la comunidad ucraniana en la Polonia posguerra, y la existencia de la comunidad no fue reconocida por el gobierno polaco sino hasta 1956, cuando le les permitió una actividad orgánica limitada. Antes de 1957, los deportados que intentaban regresar a su patria eran encarcelados en el campo para prisioneros de Jaworzno, y después de 1957 sólo unos pocos miles tuvieron autorización de re-establecerse en su tierra natal ancestral. Los intentos de atraer a colonos polacos a ese área fueron grandes fracasos.

Los deportados

Incluso esas áreas siguen poco pobladas, y muchas iglesias de madera, distintivamente ucranianas, así como otros monumentos culturales, han sido vandalizados o destruídos, o han caído en el abandono.

Ha salido al público un buen número de novelas populares polacas que tratan el tema de la Operación Wisla, como “El brillo en las Bésquides” de Luny w Bieszczadach, que contribuyeron a crear un estereotipo generalmente negativo sobre los ucranianos, representándolos de un modo crudo y hostil. Desde los 1980s, sin embargo, una cantidad de publicaciones polacas han discutido la operación Wisla de modo más objetivo. Sin embargo, mucho de la opinión popular en Polonia conecta y compara los eventos que rodearon a la Operación WIsla con las atrocidades perpetradas por los ucranianos contra los polacos en Volhynia durante la segunda guerra mundial.

Los “territorios recuperados” en amarillo

A nivel oficial, hasta agosto de 1990 hubo varios intentos de una reconciliación, con el senado polaco pasando al gobierno una resolución condenando la operación; en mayo de 1997 el presidente polaco A. Kwasniewski firmó una declaración junto con el presidente ucraniano Leonid Kuchma; tal declaración hanla de un entendimiento u reconciliación en un esfuerzo para dejar y moverse fuera de una recriminación mutua; y en abril de 2002, el presidente Kwasniewski expresió abiertamente un arrepentimiento oficial por la operación, y rechazó la noción de que debería de ligarse de una u otra manera a los eventos anteriores en Volhynia.

Author: Ucrania Fantástica

Слава Україні! ¡Que viva Ucrania! Libre, independiente, soberana

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